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LOS PRODUCTOS LÁCTEOS NO CONTIENEN ÁCIDOS GRASOS TRANS PERJUDICIALES

 

Los ácidos grasos trans, comúnmente llamados “grasas trans”, son producto

fundamentalmente de la hidrogenación industrial de los aceites comestibles, con el objeto de

lograr una materia grasa de mayor estabilidad y conservación. Por ello, este tipo de grasa está

presente en una gran cantidad de alimentos procesados.

 

Existe evidencia concluyente que asocia el consumo de grasas trans de origen industrial

con la mortalidad y discapacidad, producto de las enfermedades cardiovasculares y

cerebrovasculares. Por este motivo, en mayo de 2004 y como parte de la “Estrategia Mundial

sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud”, la OMS recomendó eliminar las grasas trans de origen industrial de los alimentos procesados destinados al consumo humano y estableció una serie de estándares con el objetivo de prevenir las Enfermedades Crónicas no Transmisibles, mejorar la alimentación y fomentar estilos de vida más saludables.

Con esa finalidad y durante los últimos años, en nuestro país se trabajó en un acuerdo con

la industria de alimentos para reducir el contenido de grasas trans de origen industrial en sus

productos, y en la elaboración de un proyecto de modificación del Código Alimentario Argentino.

 

Así, en su artículo 155 tris, dicho Código establece “El contenido de ácidos grasos trans de

producción industrial en los alimentos no debe ser mayor a: 2% del total de grasas en aceites

vegetales y margarinas destinadas al consumo directo y 5% del total de grasas en el resto de los alimentos. Estos límites no se aplican a las grasas provenientes de rumiantes, incluyendo la grasa láctea.”

 

¿Por qué? Es sencillo: la grasa proveniente de animales rumiantes – entre ellas la grasa de

la leche y los productos lácteos – posee ácidos grasos que cumplen la condición de trans pero que se generan naturalmente en el rumen. Estos ácidos grasos trans son diferentes a los producidos por hidrogenación industrial y no son perjudiciales para la salud.

 

Hay evidencia científica que permite diferenciar a los ácidos grasos trans naturales de los

restantes, mostrando que los naturales no poseen un efecto perjudicial para la salud humana.

 

Hacia fines de 2011, la Federación Panamericana de Lechería (FEPALE), en el marco del

vigésimo aniversario de su fundación, destacó la importancia y relevancia que tiene la leche como alimento insustituible en la nutrición del ser humano desde hace miles de años. Para ello, en su “Declaración de Punta del Este” manifiesta que las actuales evidencias científicas establecen una clara diferencia entre la leche y sus derivados, de aquellos productos que contienen grasas trans provenientes de procesos industriales de hidrogenación de aceites de origen vegetal, a las que se les atribuye efectos no deseados para la salud humana, a diferencia de los productos lácteos que sí contienen ácidos grasos con efectos ampliamente benéficos.

 

En conclusión, a la luz de la evidencia actual, los PRODUCTOS LÁCTEOS NO CONTIBUYEN

A LA INGESTA DE GRASAS TRANS DE ORIGEN INDUSTRIAL y, por ende, tampoco al incremento de los factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles asociados aestos tipos de ácidos grasos.

 

Fuentes consultadas:

Ministerio de Salud de la Nación. Campaña "Argentina 2014 Libre de Grasas Trans".

http://www.msal.gov.ar/ent/index.php?option=com_content&view=article&id=348:campana-qargentina-2014-libre-degrasas-trans&catid=9

Declaración de Punta del Este. Federación Panamericana de Lechería (FEPALE)

http://www.fepale.org/index.php/es/declaraciones-de-fepale/204-declaracion-punta-del-este

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